Recuerdo a la perfección el primer día que escuché Belle & Sebastian. Fue en la FNAC de Madrid, la de Preciados, y andaba escuchando un disco y otro, tal y como se hacía antes de que la bestia parda que es Internet hiciera que primero se pruebe aquí y luego, quizá, se compre. De "The Life Pursuit" me llamó la atención su portada (una estética que ahora asocio inmediatamente a la banda) y un precio más que asequible así que lo probé y el enamoramiento fue instantáneo. No había leído ni me habían hablado nada de este grupo pero en cuanto escuché los primeros treinta segundo de "Act of the Apostle" supe que era una inversión necesaria. Una vez en de vuelta en casa, tres o cuatro días después, pues yo vivía en Barcelona, el disco se levantó entero e hizo que Belle & Sebastian se convirtiera en uno de mis grupos favoritos.
"We Are the Sleepyheads" se convirtió con el tiempo en una de mis preferidas del disco. Porque está con un par de revoluciones más que el resto, dos más, nada, es imperceptible, pero hay algo dentro que te lo dice, y porque aun así es tan Belle & Sebastian como el resto: pop de mucha calidad con melodías pegadizas y una letra que mezcla a la perfección la alegria, lo extrañamente sombrío y lo mundano. Tres elementos clásicos de la lírica de la banda y que en este tema están perfectamente separados para diferenciarlos sin tener que andar entre lineas.

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