Imaginaos la siguiente situación: Noam Chomsky, en medio de una de sus profundas reflexiones lingüísticas o políticas decide postergar un poco tal y como haría cualquier académico que se precie. Se echa unas partidas en Kongregate, se mira un par de videos de gatitos super monos en youtube (por cierto, la historia de los gatitos monos se nos acaba), unos cuantos de "fail compilation" y se traga otros tantos de Rémi Gaillard. Finalmente decide usar esa interesante herramienta de blogger que dice "Siguiente Blog" y tras merodear un poco llega al blog de una jovenzuela valenciana. Ya está, sucedió. El amigo Chomsky se ha enamorado y ha quedado totalmente prendado de esta chica. Y bueno, pues Chomsky también es humano ¿no? Y sufre, y lo pasa mal, y anhela volar de Boston a Valencia, y pasear con ella por el Turia. Como es normal sus colegas y alumnos están preocupados, Noam ya no es el mismo, esta triste y sombrío. Pasea a la deriva por el campus y es pura inestabilidad. Ya no quiere saber nada de los anarquistas y le da igual el programa minimista, lo único que le preocupa es poder chatear con la chica en cuestión. Noam Chomsky se ha enamorado de ti.
En esta época igual habría tenido alguna que otra oportunidad
En esta época igual habría tenido alguna que otra oportunidad
Este es el tipo de historias que Astrud se monta en sus canciones. Además, para los que no son muy devotos de los sonidos de Astrud, los cuales podemos apreciar perfectamente en la versión de la canción publicada en su disco de 2007, "Tú no existes", nos han preparado una segunda en colaboración con el Col·lectiu Brossa, un cuarteto de cuerda, en el cual la instrumentación da lugar a un delicioso tema que podemos saborear en todos sus niveles (por cierto, ojito con el disco surgido de esta colaboración, "Lo Nuevo", donde se encuentra este tema, no tiene desperdicio de principio a fin).
La moraleja es clara, ni el mayor académico de la historia está libre de las garras del amor irracional. Solo nos queda preguntarnos: ¿qué pedazo de rayotes mentales-virtuales se podrían haber pegado Kant o Wittgenstein de haber vivido en nuestra época?
La moraleja es clara, ni el mayor académico de la historia está libre de las garras del amor irracional. Solo nos queda preguntarnos: ¿qué pedazo de rayotes mentales-virtuales se podrían haber pegado Kant o Wittgenstein de haber vivido en nuestra época?


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